Otra
vez estaba hablando Estela con Alfonso de esta manera:
¾
Estela
-dijo Alfonso-, para que encuentres consuelo y explicación a lo ocurrido, te
convendría saber lo acontecido en un hermoso castillo tiempo atrás.
Estela le pidió a su amable tutor que
le contase cuanto antes esa historia que bien pudiera arrojar alguna luz a su
problema.
¾
Estela -dijo Alfonso- presta atención a mi historia:
"Hace muchos, muchos años un príncipe deseaba encontrar una bella princesa
de sangre real con la que casarse, pero al no ser fácil dar con una, volvió a
su país muy afligido y derrotado.
Una
noche, mientras penaba en su castillo, parecía que la naturaleza le deseaba
acompañar en su desgracia. Una tremenda tormenta descargó litros de agua sobre
el imponente castillo y sus aledaños. Los relámpagos iluminaron el cielo y los
truenos resonaron dentro de las gruesas paredes del castillo como atronadores
fantasmas del pasado. Entre todo este ruido pudo oírse, de forma milagrosa, a
alguien llamar al portón del castillo:
¾ ¡ Toc, toc, toc!
El soldado a cargo del portón, antes de poner en peligro la seguridad del
castillo, preguntó:
¾ ¿ Quién es?
¾ Soy la princesa del reino de Safi - contestó
una bella voz -, me he perdido en la oscuridad y no sé regresar a mi hogar.
Al
abrir el portón, su sorpresa fue inmensa ya que nunca había visto una joven tan hermosa y tan mojada. Su
cuerpo temblaba por el frío que había llegado hasta sus huesos.
El
soldado informó de la visita y fue el mismo rey el que se ocupó de llevar a la
joven junto a un fuego encendido en una alcoba para que pudiera entrar en
calor. La reina le entregó ropa seca poco después. Cuando la joven se hubo adecentado
y recuperado un poco, bajó al gran salón donde se sirvió una suculenta cena que
devolvió el brillo y la alegría a los ojos de la princesa. Sus modales en la
mesa eran refinados en extremo pero la reina no se fiaba de que ello fuera
reflejo de su sangre real.
La reina, muy inteligente, urdió un plan para ver si
la hermosa joven era de sangre real como ella misma afirmaba. Por la noche,
antes de acompañar a la princesa a sus aposentos, puso un guisante debajo de los múltiples colchones
que había en la cama para ver si lo notaba.
¾ Este truco será perfecto para demostrar su delicadeza
y su cuna real. - se dijo la reina satisfecha.
A la mañana siguiente, el príncipe preguntó:
¾ ¿Has pasado una buena noche en tus aposentos?
¾ ¡No! ¡Ha sido espantoso! - respondió enojada
-. No he podido dormir en toda la noche; el colchón tenía un bulto muy molesto
y se me clavaba en la espalda.
¾ ¡Bravo! ¡Eres una verdadera princesa! ¡Sólo
alguien de sangre azul, sensible y delicada, notaría un guisante bajo tantos
colchones!
El príncipe pudo, al fin, desposar a una verdadera princesa y
cumplir su sueño."
Estela -dijo Alfonso-, al igual que
la princesa, en el instituto también hay compañeros extremadamente
perfeccionistas que, por su manera de ser, no soportan el más mínimo fallo. Muchos
de ellos fueron criados en un entorno muy exigente y se sienten heridos cuando
las cosas no son como ellos quieren. Ellos deben aprender a trabajar en equipo
y a no ser tan maniáticos pero tú, a tu vez, debes intentar comprender cómo se
sienten. Creo que lo mejor será cambiar la página en donde figura el título por
otra con la misma fuente usada para el resto del trabajo. Después de todo, yo
soy tu profesor y comprendo la situación. Todavía queda tiempo de clase y si te
acercas a Celeste, podrás hablar con ella y demostrarle que te preocupas por
sus sentimientos. Yo hablaré con ella en otro momento para que comprenda que las
cosas pueden hacerse de múltiples maneras y estar todas bien.
Estela pensó que el consejo de Alfonso era
bueno, así que lo siguió y le fue bien.
La realidad cierta nunca será una,
todo dependerá de las lecciones que la vida te reúna.
todo dependerá de las lecciones que la vida te reúna.